¿Qué es el ego?

Hace poco me volvieron a preguntar. ¿Qué es el ego? Todo el mundo habla del ego. Hay quien quiere identificarlo a toda costa y lo señala sin descanso, también en los demás. Algunos quieren, incluso, matarlo. A mi me gusta explicarlo con el símil de la nave:

Imagina una nave espacial. Durante años, esa nave es conducida por un piloto automático. Sin él, esa nave se habría podido estrellar o tener graves percances. Ese piloto automático es el ego. Con el paso del tiempo, puede llegar el momento en el que una persona toma consciencia y decide pilotar, por si misma, la nave. Sin embargo, es fácil distraerse. Y entonces, el cumplidor piloto automático se vuelve a poner a los mandos sin que nos demos cuenta.

Aquí es cuando mucha gente se enfada y quiere eliminarlo. Lucha contra él como el enemigo sin entender que nos sirve de mucho mientras estamos despistados. El ego hace su trabajo lo mejor que puede, hasta que, amablemente, le pedimos que nos deje pilotar a nosotros.

La meditación y el desarrollo de la consciencia en general, nos permiten ir ganando horas de vuelo. Estar a los mandos de la nave con atención nos hace libres, podemos dejar de reaccionar de manera automática, dejar de seguir los mismos patrones de siempre y dejar de caer en la misma piedra una y otra vez.

Durante la meditación, por ejemplo. Observamos. Cada vez que el piloto automático ha vuelto a los mandos le pedimos amablemente y agradecidos que se aparte. Somos mucho más que el ego. El ego es un programa con buena voluntad, pero limitado y lleno de errores. Conformarse con el ego es conformarse con una vida reducida y encorsetada. 

Recupera los mandos de la nave.