¿Te atreves?

03.02.2017

¿Probarías a ser lo que no te permites ser?

Utlizaré la metáfora clásica en la que nuestra parte más esencial es un actor y nuestras partes más egoicas son máscaras o disfraces. (La terapia transpersonal invita a trascender estas máscaras).

Una vez observé que me obligaba a tratar de quedar bien siempre. La máscara de borde no me la permitía bajo ningún concepto. "¿Yo, ofrecer una imagen de borde? ¡Nunca!" Esto me obligaba, por ejemplo, a aguantar conversaciones interminables que podían no apetecerme (y, casualidades de la vida, en esos días perecía ser un imán para todas las personas que entonces habría juzgado de pesadas. Sin duda, había algo que tenía que aprender).

Fue en un retiro, durante un taller de respiración holoscópica, en el que la música se interrumpió en varias ocasiones y, entonces, me permití sacar ese lado borde. Grité, me enfadé, insulté, expresé mi indignación y, a cada frase, le acompañaba un buen rato de carcajadas. Estaba jugando, estaba liberando una parte que nunca había probado y, vaya, no solo no era tan terrible como imaginé, sino que a veces me ha sido muy útil. Algo se ordenó en mi después de ese experimento.

Durante la vida usamos diferentes disfraces. Tenemos un buen armario lleno de caretas y de máscaras con los que interpretamos diferentes papeles. Sin embargo, algunas de esas mácaras las tenemos encerradas en un baúl. Esas no las usamos (y podemos observar y reconocer esos disfraces en otras personas, cosa que podemos detestar, o que puede causarnos indiferencia o incluso admiración). Siguiendo con el ejemplo, las personas bordes me dejaban atónito, "¿cómo pueden?" "Qué valientes, les da igual ofrecer una imagen poco cálida", a una de ellas de verdad que la admiraba. Era tan tajante, me di cuenta de que valoraba mucho su tiempo y no estaba dispuesta a perderlo, y cuando daba... daba de manera genuina, era una persona que se escuchaba y se atrevía a ser consecuente ¡era auténtica!

La frase interna que invito a buscar y sentir es: 

"No hay nada peor en la vida que ser _________"

Tómate un tiempo. Deja que te llegue la palabra o palabras que completan tu frase, porque estará definiendo una creencia limitante.

Y entonces te propongo experimentar: busca una situación propicia y prueba a ser lo que tan horroroso y detestable te parece (lo que nunca has sido), lo que crees que "no eres tú". Soso, inculto, borde...

Indaga y observa si después del ejercicio se abre un nuevo campo de posibilidades ante ti. Permitirte usar todos los disfraces es liberador. Siempre puedes elegir si usarlos o no, pero ya deja de ser algo vedado.

El fin de todo este experimento es conseguir la desidentificación con todas esas máscaras y disfraces. Y hay dos caminos que ayudan: un camino te lleva a conseguir la apertura y la capacidad de permitirte usar cualquier disfraz y, el otro camino, a aprender a soltar los que más usas, con los que más te identificas y que puedes llegar a confundir con tu esencia y que de igual forma dificulta reconocer al actor detrás del disfraz...

© 2016 Pablo Fernández Olea
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